La familia real de Mónaco ha estado en el centro de la atención mediática durante décadas, con Grace Kelly y su hija Carolina como grandes iconos de la realeza. Sin embargo, la llegada de Charlène Wittstock, esposa del príncipe Alberto II, ha desatado una guerra encubierta entre ella y su cuñada Carolina, quien parece estar decidida a ‘desterrarla’ del Principado.
Los últimos dos años han sido complicados para la princesa Charlène, quien ha tenido que lidiar con problemas de salud que le han llevado a tomar la difícil decisión de abandonar temporalmente el Palacio Grimaldi. Aunque su marido y sus dos hijos se mostraron tristes por su ausencia, Carolina de Mónaco encontró en esta situación la oportunidad perfecta para volver a ocupar el papel de primera dama no oficial de Mónaco, acompañando a su hermano en todos los eventos oficiales.
Charlène y Carolina de Mónaco, enemigas públicas
La relación entre Charlène y Carolina siempre ha sido tensa, pero la boda de Charlène con Alberto II en 2011 pareció ser el detonante de su enemistad. Según Phillippe Delorme, escritor y experto en la realeza europea, la boda no fue especialmente feliz, y Charlène se sintió incómoda en el papel que se esperaba de ella como la sucesora de Grace Kelly. Carolina, por su parte, no estaba dispuesta a permitir que Charlène ocupara el lugar de su madre, y desde entonces ha intentado opacar su imagen en todos los eventos públicos.
Asimismo, cuando Charlène está en el Palacio Grimaldi, la tensión entre las cuñadas se vuelve más evidente que nunca. Charlène ha retomado poco a poco su agenda oficial, pero casi no ha sido vista con sus cuñadas. Por ejemplo, no asistió al Baile de la Rosa, un evento organizado por Carolina. Algunos expertos han indicado que Charlène implementó una nueva estrategia para combatir los ataques de su cuñada, y decidió convertirse en el principal referente de moda de Mónaco, un lugar que hasta ahora había pertenecido a Carolina y su hija CarlotaCasiraghi.
Guerra en el Palacio Grimaldi
La aparición de Charlène en el desfile de Akris durante la Semana de la Moda de París fue una muestra de esta nueva estrategia, y dejó claro que Charlène tiene intención de hacerse con el trono de la moda en Mónaco. Con su innovador estilismo, logró opacar por completo a Carolina, quien siempre había sido considerada la más elegante de la familia real.
Pero esta guerra entre cuñadas no es solo una cuestión de moda y eventos públicos. Algunas fuentes cercanas a la princesa Charlène han asegurado que Carolina le ha hecho la vida imposible durante su estancia en el Palacio Grimaldi. La frase de Charlène sobre Mónaco ser un lugar poblado de tiburones y víboras fue interpretada como una indirecta hacia Carolina, y ha sido vista como una confirmación de esta situación.