Las familias reales dan mucho de qué hablar. Sin ir tan lejos, la propia familia real española siempre da un tema nuevo, bien sea por las decisiones de Letizia en Zarzuela o por las amantes de Juan Carlos I, aunque tienen temas mucho más complicados de tratar y eso nadie lo pone en dudas. La familia real británica también tiene lo suyo, pues Carlos III está haciendo hasta lo imposible por aumentar su popularidad mientras que otra figura también bastante polémica de la familia es el príncipe Harry, el cual reveló secretos de la familia a diestra y siniestra. Sin embargo, también tenemos personajes como Birgitta de Suecia, la princesa de la familia real de Suecia que también da mucho de qué hablar.
Algunos suelen referirse a ella como “la malvada”, pues se sabe que ha estado en más de una ocasión en total discordancia con su hermano, el rey Carlos XVI Gustavo de Suecia, quién, además, es su hermano menor. Ella se ha mostrado totalmente contraria a muchas de las decisiones del rey y hoy en día poco va a Suecia, además de que tampoco fue al jubileo de oro por una excusa que da bastante en qué pensar.
La princesa es toda una mujer hecha y derecha, aunque a la hora de hablar de su hermano suele ser polémica
Birgitta de Suecia es la más conocida de sus hermanas, con las cuales se lleva bien, pero no hay que pensar mal, ya que también se lleva bien con su hermano el rey, aunque se ha visto que ha tenido roces con él que no ha dejado pasar y mucho menos siendo el tipo de mujer que es: directa y conflictiva a su manera.
En Suecia ha dado mucho de qué hablar y la han llegado a señalar como “la princesa malvada”, aunque no ha hecho nada malo como tal para ganarse ese apodo, aunque ir en contra del rey siempre es un motivo bueno como para ser visto como el malo. Lo cierto es que este apodo se volvió mucho más fuerte cuando se supo en el 2015 que estaba en un complot con sus hermanas para quejarse con el rey por la forma en la que funcionaba el organigrama real de Suecia, alegando que el rey no la entendía del todo.
Tiempo después el rey recapacitó al respecto y decidió tomar cartas en el asunto, lo que conllevó a que varios miembros de la familia real perdieran sus títulos, algo que Birgitta aplaudió con total volumen, aunque nadie olvidó el complot. Sin embargo, tanto ella como sus hermanas tenían razones para hacerlo. Aún así, sigue siendo una princesa muy polémica, quizás más que cualquier otra princesa que haya tenido Suecia durante los últimos 300 años, pero así como su apodo bien conocida es su afición por vestir de forma extravagante (tal como lo haría una princesa rebelde) y por su gran adicción a los cigarros, algo que no puede faltar bajo ningún concepto en la vida de la royal.