El matrimonio entre Juan Carlos I y la reina Sofía ha estado siempre envuelto en polémicas, desde hace mucho que se sabe que esta unión no estaba movida por el amor ni era sincera, mientras que Sofía no quería casarse con Juan Carlos, este tampoco quería casarse con Sofía, quien en realidad estaba enamorada de alguien más, quien nunca le correspondió adecuadamente.
La pareja siempre ha mantenido las apariencias, nunca han llegado a admitir el divorcio, tanto porque no se vería bien por parte de integrantes de la Casa Real, como porque sería una polémica más a la extensa lista de ocurrencias de Juan Carlos I, quien según “fuentes muy cercanas que le conocen muy bien”, mencionan miles de mujeres que habrán pasado por la habitación del rey, o viceversa, y que siempre han permanecido en el más absoluto silenció gracias al dinero público que ocupaba el rey para “silenciar” a sus amigas íntimas.
Una de las aventuras más largas de Juan Carlos I
Esta infidelidad se extendió por años, inició en 1979 y se extendió hasta la década de los 90’s, según fuentes recolectadas por Diario16, esta mujer con la cual se enrolló el rey recibió una asignación mensual de 6.000 euros, lo que en aquellos años era superior a un millón de pesetas, este dinero habría sido sacado de los fondos reservados adjudicados a la Presidencia de Gobierno, esta información la desveló el coronel Amadeo Martínez Inglés.
Este monto no fue estático, pues desde 1985 aumentó al equivalente actual a 12.000 euros, el coronel Martínez Inglés contaba lo siguiente: “Era un incremento espectacular, pero perfectamente asumible por el pozo sin fondo de los dineros sin justificar que los Gobiernos de turno de la democracia española han venido dedicando, desde 1975, a fruslerías tales como los GAL, los confidentes, la compra de dossiers, la corrupción de tránsfugas políticos, las ‘querindongas’ de altos cargos, la compra de voluntades exteriores útiles al Estado”.
El problema para el rey vino cuando en 1994, esta presunta amante recibió una notificación informándole que su relación con el rey había finalizado, y por ende se le removería la asignación mensual que recibía, aviso que no alegró mucha a esta amante del rey, la cual amenazó con hacer públicos videos que estaban en su poder los cuales inmortalizaban los encuentros íntimos entre ella y Juan Carlos I, por los cuales pedía una jugosa cantidad de dinero para no publicarlos.
El trato siguió, y los chantajes también
La joven siguió recibiendo la asignación de dos millones de pesetas cada mes, pero esto permaneció hasta 1996, cuando subió al poder José María Aznar, y se percató de cierta “fuga” en los fondos reservados de la Presidencia, la cual arregló, arrebatándole nuevamente su preciada asignación mensual a la una vez amante del rey, volviendo a amenazar al monarca y exigiendo una compensación final por su absoluto silencio, exigiendo la desorbitada cantidad de 100 millones de pesetas, el equivalente a 600.000 euros, los cuales se le concedieron.