La vida de Froilán, el hijo de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, ha estado marcada por una serie de acontecimientos que han generado interés y especulación en los medios de comunicación. Recientemente, se ha hablado mucho sobre su situación en Abu Dabi, donde se encuentra exiliado junto a su abuelo, el rey emérito Juan Carlos I. Aunque esta cercanía geográfica podría haber generado una mayor conexión entre ambos, la realidad es que Froilán tiene otros deseos y aspiraciones que van más allá de permanecer en Abu Dabi.
Desde el año 2023, Froilán ha dejado entrever su deseo de regresar a España. Su situación en Abu Dabi, lejos de su país y de su familia, parece haber generado en él un anhelo por volver a casa. Este deseo se ha visto reforzado recientemente por la pérdida de su trabajo en la empresa petrolera en la que estaba empleado. Esta situación ha llevado a Froilán a tomar medidas para expresar su descontento y su necesidad de retorno.
Froilán ha contactado a su padre, Jaime de Marichalar, con quien mantiene una relación cercana, para expresarle su malestar y su deseo de regresar a España. Esta llamada la ha hecho Froilán con lágrimas, evidenciando el profundo deseo del joven de dejar atrás su situación en Abu Dabi y regresar a su país natal. Jaime de Marichalar, por su parte, ha mostrado comprensión y apoyo a su hijo, pues considera que el mismo debe estar en su país y no fuera.
Froilán es visto como la oveja negra de los Borbón
La situación de Froilán ha generado tensiones familiares, especialmente con la infanta Elena, su madre. Según algunos reportes, Jaime de Marichalar ha discutido con la infanta Elena sobre la posibilidad de facilitar el regreso de Froilán a España. Aunque no se han revelado detalles específicos sobre estas discusiones, parece evidente que existe un debate sobre el mejor curso de acción para abordar la situación de Froilán y satisfacer sus necesidades y deseos.
Es una situación complicada la del joven, ya que de cierta forma a Zarzuela le conviene que esté en Abu Dabi con su abuelo. Para empezar, la frecuencia con la que Froilán iba a fiestas se ha reducido y el joven ahora está mucho más centrado en su vida personal, aunque quizá no tanto. Lo cierto es que el hijo de la infanta Elena ha comenzado a participar en fiestas en Abu Dabi y se ha labrado una reputación juerguista entre sus amigos.
De volver a España, este comportamiento no solo se vería expuesto ante los medios (tal como hace años atrás), sino que también se vería incrementado. Es lo que la familia quiere evitar, y más aún que no están en una buena situación de imagen. Zarzuela quiere evitar las mayores controversias posibles, pero esta necesidad significa nada para Froilán e incluso para Jaime de Marichalar, el cual ha abogado por su hijo para que este pueda estar de vuelta en España.