El deterioro cognitivo está asociado al envejecimiento y puede derivar en demencia. Este tipo de síndrome clínico afecta las distintas capacidades para recordar, procesar información, comunicarse y, en los casos más severos, realizar actividades cotidianas. Cuando se trata de un trastorno leve, es más difícil darse cuenta de que algo no está bien con el paciente. Este sería el caso de Juan Carlos I, quien empieza a padecer lagunas de memoria y otros síntomas. Felipe, Cristina y Elena se lo toman con gran seriedad.
Es evidente que uno de los episodios más complejos en la vida de Juan Carlos I fue dejar España y verse obligado a distanciarse más de Felipe, Cristina y Elena. El hecho de dejar al que ha sido su país durante tantos años y volver como si fuera un ‘criminal’ es difícil de aceptar. No hace más que demostrarlo, como ha sucedido en su más reciente incursión al Viejo Continente. El emérito viajó a Sanxenxo para participar en una nueva edición de la regata, justo cuando el rey estaba en la isla de La Toja (a unos 15 km de distancia).
El marido de Sofía de Grecia quiso aprovechar esta oportunidad para ver a su hijo, pero este le comunicó que debía regresar rápidamente a Zarzuela. Esa negativa no lo detuvo, desesperado, intentó forzar una cena familiar. Se trasladó a un restaurante que quedaba de camino al palacio, sabiendo que Felipe seguiría esa ruta. Sin embargo, esta reunión no se dio. El comportamiento del padre de las infantas dejó muy preocupado a sus familiares, quienes temen que empiece a tener problemas para razonar. La señal de alarma ya había estado presente hace un tiempo, pero ahora cobra más sentido.
Felipe, Cristina y Elena ven con otros ojos el comportamiento errático de Juan Carlos I
Felipe VI. Un rey en la adversidad, de José Antonio Zarzalejos, fue el primer libro en sentar un precedente sobre la salud mental de Don Juan Carlos. Desde la perspectiva del autor, y como se viene evidenciado en los últimos años, no es tan buena como se creía. Y es que Zarzalejos afirma que el abuelo de la princesa Leonor está desorientado y que es víctima de episodios de demencia senil. De hecho, afirma que es muy probable que no estuviera del todo lúcido cuando decidió abdicar en 2014.
El diario ABC le preguntó al periodista si seguía creyendo que sus afirmaciones eran válidas. Sin pestañear, respondió: “Estoy hablando de un hombre que tiene una percepción de la realidad distorsionada y eso me lo han contado más de tres personas”. También mencionó que tiende a perder la memoria por determinados plazos de tiempo, lo que se podría considerar propio de la edad. No obstante, se trata de un principio de deterioro cognitivo que afecta otras de sus funciones vitales, como no sentirse responsable de sus acciones o discernir sobre si estuvo bien o mal. Sea como sea, sus hijos empiezan a considerar que pueda tratarse de una condición seria y a temer por su futuro.
¿Podría ser la razón por la cual Felipe, Cristina y Elena planean reunirse pronto y mejorar su relación? Todo parece indicar que Juan Carlos I ya siente los estragos de la edad en el plano mental.