La monarquía británica siempre ha sido objeto de controversia. Uno de los casos más sonados fue la aventura sexual de Carlos con Camilla Parker-Bowles, mientras aún estaba casado con Lady Di. Un episodio que se convirtió en uno de los mayores escándalos en la historia de la monarquía británica. La confirmación de esta aventura en un programa de televisión fue un golpe para la reputación de la monarquía y la iglesia anglicana.
La revelación de la aventura de Carlos con Camilla causó un gran descontento entre los representantes de la monarquía y de la iglesia anglicana, quienes exhortaron al entonces príncipe de Gales a abdicar del trono por no haber respetado sus votos matrimoniales. El arzobispo de Canterbury, uno de los representantes más importantes de la iglesia de Inglaterra, rompió su silencio ante la posibilidad de que Carlos III se casara en segundas nupcias con quien había sido su amante durante años. “George Carey abandonó ayer su silencio con respecto a la posibilidad de que el Príncipe de Gales contraiga matrimonio con Camila Parker-Bowles y levantó una trascendental polémica en el Reino Unido al advertir que se produciría una crisis si dicho matrimonio llegara a realizarse. Fue una forma clara de decirle al Príncipe Carlos: escoja usted entre Camila y la Corona”, se podía leer en el artículo.
A pesar de que esta relación extramatrimonial genero una alta presión de la iglesia anglicana y de los medios locales, Isabel II mantuvo a Carlos III como su. Pero no pudo evitar que la opinión pública sobre la monarquía británica se viera seriamente afectada. Muchos se preguntaban si un rey que había sido infiel a su esposa era el adecuado para gobernar un país.
Presión de la prensa y las instituciones para eliminar a Carlos III como heredero del trono
La controversia sobre la relación de Carlos III y Camilla continuó durante años. Aunque Carey aclaró que no existía ninguna patente oficial que impidiera que Carlos III se sentara en el trono británico tras la muerte de la reina Isabel II, sí se pronunció sobre el reconocimiento de Camilla en caso de que el entonces príncipe Carlos tomara la decisión de casarse con ella. “No se puede reconocer el segundo matrimonio mientras el primer cónyuge siga con vida”, explicaba. De hecho, el prelado señaló que “habría una crisis en el seno de la iglesia” en el caso de que Carlos III se casara con Camilla.
Los medios locales no dejaron pasar la oportunidad de alimentar la controversia sobre la relación de Carlos III y Camilla. El archidiácono de York, George Austin, se opuso a que Carlos siguiera siendo el heredero al trono: “Si ha roto los votos matrimoniales que hizo ante Dios, ¿cómo podría hacer solemnemente en la abadía de Westminster los votos de la Corona”.
La reacción de los medios de comunicación británicos ante la relación extramatrimonial entre Carlos III y Camilla Parker-Bowles fue intensa. Algunos medios, como el tabloide 'The Sun', se convirtieron en críticos feroces del actual rey de Inglaterra, argumentando que había violado sus votos matrimoniales y que no merecía ser el heredero del trono. Incluso el arzobispo de Canterbury, uno de los líderes más importantes de la iglesia anglicana, sugirió que Carlos debería abdicar en favor del príncipe Guillermo y enfocarse en su formación.
Isabel II mantuvo el tipo
A pesar de las críticas, la reina Isabel II se mantuvo firme en su apoyo a su hijo, CarlosIII, y lo designó como su sucesor en el trono. La monarquía británica ha enfrentado muchos escándalos a lo largo de su historia, pero ha demostrado ser resistente y capaz de sobrevivir a las crisis.
Aunque la relación entre Carlos III y Camilla Parker-Bowles fue inicialmente controvertida, con el tiempo se ha convertido en una parte aceptada de la vida pública británica. Después de años de especulación, la pareja finalmente se casó en 2005, en una ceremonia que fue televisada en todo el mundo. Aunque la relación extramarital de Carlos III fue un escándalo en su momento, ha quedado en gran medida en el pasado, y el monarca ha seguido desempeñando sus funciones con éxito.