La casa real está enfrentando momentos complicados en su historia. El actual rey Felipe VI afronta una de las etapas más difíciles de su matrimonio e incluso algunos sugieren que podría ser la última, es decir, la recta final en el matrimonio legal de los reyes y que ha sido influenciada por todos los escándalos desencadenados por Jaime del Burgo y sus revelaciones. Esto último es algo que la corona ha enfrentado como ha podido y siempre desde el silencio. Hasta el momento no han hecho referencia a las declaraciones de Jaime del Burgo y tampoco parece que tengan intenciones de hacerlo.
Paloma Rocasolano salía con los reyes a cazar, pero nunca se han hecho públicas fotografías
Mucho de lo que conocíamos sobre la relación de Felipe VI y Letizia y lo que gira en torno a ellos ha cambiado radicalmente desde que se hiciera público lo del ex amante de la consorte. Desde hace mucho tiempo el matrimonio de los reyes ya no es lo que era pero no hay duda de que esa fecha de noviembre del 2023 fue un antes y un después en la corona.
El mencionado mes marcó un fuerte cambio de rumbo y generó una diferencia en cómo se llevan las cosas en Zarzuela. Un buen ejemplo de esto es Paloma Rocasolano, quien pasó de ser la invitada de honor de los reyes a una traidora para Felipe VI, pues Paloma Rocasolano fue alguien que siempre supo y ocultó deliberadamente lo que hacía su hija durante años.
El cambio que ha sufrido la madre de la consorte ha sido muy drástico, pues la corona le había permitido permitirse lujos que de otra forma serían incosteables, incluso algo que siempre se ha asociado a la sangre Borbón, como lo es la cacería. Juan Carlos I enseñó a disparar a su hijo, que disfruta de la cacería notablemente al igual que su esposa, quien llegó a regalarle una escopeta diseñada especialmente para cazar, algo que deja claro que a Letizia también le gustaba cazar, pero alguien más los acompañaba.
Paloma Rocasolano era una acompañante habitual cuando los reyes salían de cacería
Parece que la cacería también agrada a los Ortiz Rocasolano, pues la madre de Letizia también era afín a la caza y disfrutaba de esta actividad en compañía de su hija y su yerno cada vez que podían. Este era otro de esos lujos de la realeza de los cuales se podía aprovechar Paloma Rocasolano pues, al final, todo lo que los reyes cazaban era pagado por la casa real, algo que podrá agradar o no.
Sin embargo, todo esto quedó en el pasado, no por perderle el gusto a la cacería sino porque ahora la familia está destrozada. Esos años en los que salían juntos han quedado absolutamente olvidados y no parece que vayan a volver. Probablemente Paloma Rocasolano no vuelva a cazar a menos que su hija le financie el lujo, pero indiferentemente de esto, queda al descubierto una de las actividades favoritas de Paloma Rocasolano, que no la aleja mucho de Juan Carlos I o de su propia hija.