Hace meses que la empresa familiar que hizo millonarios a los padres de Kate Middleton, Carole y Michael Middleton, quebró. Acumuló unas deudas de más de 2,5 millones de libras (2,9 millones de euros, aproximadamente), de acuerdo con el informe emitido por especialistas y medios británicos. Además de 612.000 libras (710.000 euros) en obligaciones fiscales. Party Pieces, como se llama la empresa, se encargaba de vender artículos para celebraciones infantiles. Se dio a conocer, entonces, que los suegros del príncipe Guillermo actualmente sufren una severa crisis financiera.

Muchos negocios fracasaron y se fueron a la bancarrota con la llegada del coronavirus. Mercados de todo el mundo se vieron afectados, por lo que recuperarse de la crisis económica no ha sido fácil. Will Wright, del grupo Inter Party Advisory, apuntó que Party Pieces fue: “Profundamente afectada por los efectos de la pandemia y las restricciones subsiguientes a las reuniones sociales”. Y es que la empresa de los padres de Kate Middleton intentó mantenerse a flote y, desgraciadamente, la respuesta de los proveedores no fue buena tras deber inmensas cantidades de dinero.
Se tomaron acciones legales, ya que los administradores no lograron amortizar las deudas. Pese a lo que quisieron hacer creer, la ley los orilló a participar en un concurso de acreedores y vender la empresa. James Sinclair resultó ser el comprador, el dueño de Teddy Tastic Bear, la fábrica de helados Rossi Ice Cream y demás negocios relacionados con la infancia. No se supo con exactitud el precio de venta de la compañía, se presume que pudo ser vendida por 180.000 libras (209.000 euros). Es así como los padres de la futura reina quedaron en la ruina, aunque podrán recordar con añoranza cómo empezó el que fuera el mejor negocio de sus vidas.
Party Pieces, la marca que hizo millonaria a Kate Middleton
Carole Middleton era una joven de orígenes humildes, con familiares que fueron mineros de carbón. Estudió en instituciones públicas y no fue a la universidad porque sus padres no pudieron pagarle una matrícula. Trabajó como secretaria y, más adelante, comenzó a trabajar como azafata en British Airways donde conoció a su futuro esposo. Michael Middleton, a diferencia de ella, era despachador de vuelos y había estudiado en la Universidad de Surrey. La idea del negocio se le ocurrió a Carole en 1987, cuando había dado a luz a su tercer hijo y planeaba el cumpleaños de Kate.

Party Pieces empezó a vender suministros necesarios para fiestas infantiles a través del correo. En solo dos años, el crecimiento era tal, que Michael dejó su puesto en la aerolínea para dedicarse junto a su mujer a la compañía familiar. Con los rendimientos de su negocio y los fondos heredados por el royal, consiguieron inscribir a sus tres hijos en escuelas y universidades de renombre. A la actual princesa de Gales le cambió la vida por completo, pues se fue a estudiar a la Universidad de St. Andrews, donde conoció a Guillermo.
Durante muchos años, la empresa de la familia de Kate Middleton supuso grandes beneficios. Tal vez, el más grande de ellos fue formar parte de la familia real.