En medio de rumores y especulaciones, la reina Sofía de España se mantiene firme en su matrimonio con Juan Carlos I, a pesar de los años de separación y de la falta de relaciones íntimas entre ambos. Muchos se preguntan por qué la reina no decide poner fin a esta unión que parece desgastada y sin amor. Sin embargo, fuentes cercanas a la Casa Real revelan que existe un oscuro secreto detrás de esta decisión: un escándalo económico que podría poner nuevamente en peligro la estabilidad de la monarquía.
Un matrimonio sin intimidad
Según los informes, Sofía y Juan Carlos solo mantuvieron relaciones íntimas con el propósito de concebir un heredero varón que asegurara la continuidad de su linaje. Por esa razón, desde el nacimiento de su último hijo, el actual rey Felipe VI, Sofía y Juan Carlos han dejado de tener intimidad como un matrimonio convencional. Desde entonces, incluso han dejado de compartir habitación, durmiendo en estancias separadas cuando ambos vivían en La Zarzuela. Y aunque los rumores de divorcio han surgido en numerosas ocasiones, nunca se ha llevado a cabo, al menos públicamente.

En la actualidad, los reyes eméritos viven separados en diferentes países, pero según fuentes cercanas, no contemplan el divorcio. Sin embargo, algunos expertos consultados por ‘EL PAÍS’ afirman que no existen impedimentos constitucionales ni legales que impidan el divorcio de los reyes eméritos. Sin embargo, son los propios deseos e intereses de la pareja los que constituyen el único obstáculo. “En muchos matrimonios poderosos, con proyección pública o política, se dan lo que yo llamo ‘pactos de no agresión’", explica Elena Zarraluqui, abogada especialista en Derecho de Familia. "Cada uno hace su vida, pero permanecen casados y van juntos a bodas, bautizos y comuniones. O, en este caso, a funerales de Estado y coronaciones”.
Los intereses económicos de Sofía para no divorciarse de Juan Carlos I
Este tipo de acuerdos, conocidos como "matrimonios de conveniencia", no son infrecuentes en parejas con un estatus social elevado. “Antes, este tipo de acuerdos eran más comunes. Había señoras que sabían que sus maridos les ponían los cuernos, pero que querían seguir casadas porque no les compensaba ir solas a una boda ", revela Zarraluqui.

Otra experta en Derecho de Familia, Purificación Pujol, señala que los intereses económicos y la fortuna del exjefe de Estado podrían ser una de las razones fundamentales para que Sofía no decida divorciarse. “Hay personas de la realeza y personas normales que tienen un inmenso patrimonio y llegan a la conclusión de que divorciarse es más perjudicial que no hacerlo y que el reparto les ocasionaría perjuicios”, afirma Pujol.
Sin embargo, si la reina Sofía decidiera divorciarse de Juan Carlos I, se desencadenaría un escándalo de proporciones inimaginables. La fortuna oculta del ex jefe del Estado en el extranjero saldría a la luz, revelando nuevos detalles sorprendentes y potencialmente comprometedores. Por ese motivo, la reina emérita elige mantenerse unida a su esposo, evitando así la revelación de secretos oscuros que podrían poner en jaque a la monarquía española.