Uno de los rostros más espléndidos de los últimos tiempos es, sin duda, el de Carla Bruni. Cualquiera que haya asistido a uno de sus desfiles, o la haya visto cantar en vivo, sabe que es la más absoluta representación de la belleza y sensualidad. Tiene un magnetismo que pocas estrellas pueden presumir. La esposa de Nicolas Sarkozy ya está en el quinto piso y muchas cosas han cambiado desde que su carrera despegó a sus veinte años. Hoy en día, no hay que ser muy versado en el tema para detectar que se cambió la cara en el quirófano.
Carla Bruni es muy comentada incluso en la actualidad. Uno de los episodios más sonados es el triángulo amoroso que protagonizó con Eric Clapton y Mick Jagger. En 1990, Clapton y Bruni asistieron a un concierto de los Rolling Stones. Ella, que estaba fascinada con el cantante de la banda, quería conocerlo en persona. El intérprete de Tears in heaven, que conocía la fama de su amigo, tuvo una conversación aparte con él y le rogó que “ella no”, porque estaba enamorándose. Pero poco pudo hacer Jagger al ser presentado ante semejante belleza.
La jovencísima y despampanante esposa de Nicolas Sarkozy ahora denota los inminentes cambios y estragos de la edad. Tuvo que recurrir a distintos métodos para mejorar su aspecto con el paso de los años, su cara no es la misma.
Carla Bruni y su lucha contra el tiempo, luce un rostro totalmente distinto
En 1987 se mudó con su familia de Italia a París. Fue el inicio de una carrera basada en una belleza singular, de ojos azules rasgados, pómulos elevados, cejas perfiladas, labios apetecibles y una imagen tanto sensual como melancólica. Pronto adquirió un encanto francés exquisito que le sirvió para formar parte del exclusivo grupo de los noventa junto a Claudia Schiffer, Cindy Crawford, Naomi Campbell y otras. No obstante, la motivación de mantenerse siempre bella y ganarle la batalla a la vejez la hizo recurrir a retoques estéticos.
De acuerdo con los expertos, la exprimera dama se practica tratamientos estéticos desde hace varios años. Probablemente, su transformación empezó desde muy joven y eso influye en cómo se ve hoy. Distintos tratamientos más o menos invasivos y métodos quirúrgicos que han dejado sus facciones más alteradas de lo normal. Ser objeto de tantos retoques deja un rastro estético difícil de ocultar, pero lo más evidente es que se aplicó toda clase de productos. Diferentes estilos y porcentajes, cirugías y técnicas. Su mayor objetivo, sin duda, es que varias partes de su cara queden estáticas.
Su rostro no tiene naturalidad, por eso sus rasgos faciales lucen tan inexpresivos. Con la toxina botulínica, rellenos faciales y suministro de colágeno mantiene tensos sus famosos ojos almendrados y sus pómulos altos. Así como la blefaroplastia, que elimina el exceso de piel en los párpados y la grasa. Sin embargo, es posible que sea la razón por la cual sus ojos se ven hundidos y luzcan extraños en su cara. Además del uso de aparatología, hilos tensores y otras intervenciones quirúrgicas. Y pese a que se ve artificialmente “joven”, su piel madura la delata.
Carla Bruni, haciendo oídos sordos a las críticas, se muestra sin maquillaje y muy segura en sus redes sociales.