En el fascinante mundo de la alta moda y las intrigas detrás de las brillantes luces de la pasarela, la elección de embajadores de marca puede convertirse en un drama digno de 'Gossip Girl'. Cuando la noticia estalló de que la deslumbrante protagonista de la icónica serie, 'Gossip Girl', Blake Lively, se convertiría en la imagen de la codiciada línea de bolsos 'Madmoiselle' de la casa de moda francesa, todos asintieron inicialmente con entusiasmo. Sin embargo, el manto de armonía se desvaneció con el tiempo, revelando un cisma de opiniones dentro de la casa Chanel.
El genio detrás de Chanel, Karl Lagerfeld, emergió como el único verdaderamente emocionado por esta asociación. El prestigioso diseñador alemán, conocido por su exquisito gusto, no escatimó en halagos al describir a Blake Lively como "una chica americana de ensueño". Sin embargo, las aguas comenzaron a agitarse cuando se filtró que la receptividad entusiasta de Lagerfeld no se compartía uniformemente dentro de la jerarquía de Chanel.
Las filtraciones sugieren que la aparente falta de sofisticación y la belleza "americana" de Lively no conquistaron a todos los corazones en la casa de moda. La etiqueta de "look inferior y pobre" ha surgido, dejando entrever que algunos ejecutivos y relaciones públicas dentro de Chanel no consideran que Blake Lively encarne la sofisticación que la marca busca proyectar.
El encuentro inicial entre Blake Lively y Karl Lagerfeld en uno de los desfiles de Chanel, orquestado por la influyente Anna Wintour de 'Vogue', marcó el inicio de esta intrigante narrativa. La propuesta de convertirse en la embajadora de Chanel llegó rápidamente a Lively, quien aceptó con entusiasmo. Sin embargo, los informes sugieren que son precisamente los altos ejecutivos y responsables del mercado global quienes han expresado su descontento con la elección de Lively como imagen de la firma.
A pesar de la resistencia interna, la influencia de Lagerfeld podría ser suficiente para cambiar las tornas a favor de Lively. En los círculos de la moda, la voluntad del diseñador alemán a menudo prevalece.
Esta polémica no es la primera vez que Chanel se ve envuelto en desacuerdos internos sobre la elección de embajadores. Rumores anteriores señalaron la campaña de belleza de Natalia Vodianova como otro punto de discordia entre Lagerfeld y los altos directivos de la marca.
En el oscuro trasfondo de la moda de alta costura, la decisión sobre quién representará a una marca de renombre se convierte en un juego de poder y estilos, donde los destellos de glamur son eclipsados por las tensiones entre diseñadores y ejecutivos. La saga continua, y la respuesta final solo se revelará en los desfiles futuros de Chanel