José Jiménez Fernández —más conocido como Joselito— es un célebre artista cuya fama le ha perseguido toda su vida. Llegó a ser tan popular entre los años 50 y 60 que se volvió una figura internacional ampliamente destacada. Así fue considerado la estrella infantil más importante de la música y el cine español. Sin embargo, la fama le marcó para siempre y no positivamente. La suya es una historia de declive, que va de mal en peor a través de los años. ¿Qué le pasó al niño prodigio?
Joselito nació en el seno de una familia humilde. Con apenas cuatro años empezó a cantar en los bares y tabernas de su pueblo por dinero. Cuando tenía seis años, se fue a Utiel (Valencia) con su hermano para cantar en sitios públicos. Pronto, sus canciones comenzaron a escucharse en la radio local. Pero fue descubierto por Luis Mariano en un recital, quien no dudó en llevárselo a París para dar inicio a su trayectoria artística.
Su primer gran éxito mundial fue la película El pequeño ruiseñor, a la que le siguió Saeta del ruiseñor y El ruiseñor de las cumbres. Asimismo, grabó discos que lo llevaron de gira por toda Europa, algunas zonas de Asia y Latinoamérica. No solo cantó para más de 55 millones de personas en el show de Ed Sullivan, sino que cantó para el presidente Lyndon Johnson. No obstante, este esplendor no duró mucho tiempo.
Cómo Joselito acabó quebrado y encarcelado tras unos instantes de fama y opulencia
Es irónico cómo el niño prodigio llegó a lo más alto y cayó estrepitosamente. Su descalabro tuvo lugar y fecha, sería en Loca juventud en 1964 cuando apareció cantando con una voz distinta. Su reloj biológico se hizo notar, pues su voz había cambiado. Tristemente, en 1968 su tono ya no causaba la misma euforia en el público y los que le descubrieron lo abandonaron. En ese entonces, fue consciente de que no tenía dinero. Ganaba hasta 25 mil dólares (22,9 mil euros) por actuación y quienes lo acompañaban de gira lo estafaron, según contó a ABC. Intentó denunciarlo varias veces, pero se dio cuenta muy tarde.
Acabado, sin dinero y adicto a las drogas, se fue a Angola por unos años. Tiempo más tarde volvió a España y en 1991 fue detenido por vender cocaína. Se le condenó a cinco años de prisión y a pagar una multa de 5 millones de euros. Posteriormente, logró libertad condicional y en 1993 fue encarcelado nuevamente por intentar vender medio kilo de cocaína. De acuerdo con sus declaraciones, tenía depresión y la cárcel lo mantuvo lejos del suicidio. Algo que también le ayudó a dejar el mundo de las adicciones.
Ya con 80 años, el cantante y actor vive en Utiel con su esposa, Marifé. Está completamente rehabilitado y vive con la pensión de jubilación, la ayuda de AISGE y de la Sociedad General de Autores. Comparte sus días con su mujer, juega partidas en el Club Social y se funde con los demás en un pueblo encantador.
Aunque Joselito vivió el sueño fugazmente, siempre será recordado como un niño prodigio. Uno que con su talento encantó a naciones enteras.