Durante buena parte de su vida, la reina consorte Letizia ha sido llamada de muchas formas. Su particular personalidad y forma de ver las cosas le ha ganado diferentes apodos que cambian según la etapa de su vida. Por ejemplo, durante su trabajo en la televisión sus compañeros de trabajo le apodaban “La Ficticia”, en señal de burla por su carácter y lo poco natural que era, como si viviera una vida que realmente no tiene, y quién hubiera dicho que sería una vida así la que le llegaría años después.
En aquel entonces la periodista Letizia Ortiz conoce al príncipe de Asturias e inician una relación para posteriormente casarse en contra de los deseos de Juan Carlos I y Sofía de Grecia, quienes intentaron mover cielo, mar y tierra para evitar que su hijo se casara con una “divorciada nieta de un taxista”, pero lamentablemente para ellos, los esfuerzos de Letizia fueron mayores.
De la princesa de Tolosa a un nuevo apodo, Juan Carlos I nombra a Letizia como le place
El problema aquí era especialmente entre el rey de aquel entonces, Juan Carlos I, y Letizia, quienes nunca se llevaron bien e incluso volaban chispas cuando intercambiaban miradas. Eran incapaces de tragarse el uno al otro y sus conductas lo demostraban. Letizia siempre hacía lo posible por tener la razón y esto le ganó el apodo de “La Princesa de Tolosa”, siendo Tolosa en referencia a “Todo lo sabe”, una actitud que nunca agradó a Juan Carlos I así como el resto de Letizia.
Este apodo se hizo conocido y perduró en el tiempo. El emérito lo usaba en sus círculos de amigos para hablar de Letizia y no precisamente bien, pero los tiempos han cambiado y parece que al emérito este apodo se le estaba quedando un poco obsoleto, por lo que basándose en las circunstancias actuales, Juan Carlos I ha empezado a llamar a Letizia con otro apodo.
Ahora dentro de los círculos de amigos del emérito cuando se menciona a “La Fresca” queda claro de quién están hablando. A Letizia este apodo le queda como anillo al dedo después de su escándalo con Jaime del Burgo y no solo su affaire con el abogado, sino con todos los hombres que han surgido en los últimos meses, algunos siendo una aventura de un día, información que ha manchado irremediablemente la imagen de Letizia.
La consorte destrozada con su situación actual
Cualquier gramo de respeto que pudiese haber perdido la consorte ha quedado reducido a partículas de polvo. Nadie recuerda a Letizia como la reina de España sino como la reina adúltera, o como prefiere el emérito, como “La Fresca”. No hay mucho que Letizia pueda hacer para salvarse de esta situación y conforme el tiempo avanza no hace más que empeorar. La consorte se ha metido en un pozo de arenas movedizas donde sus esfuerzos por salir no hacen más que hundirla más y más día tras día.