La vida de alguien de la familia real, de cualquiera, acarrea sus propias responsabilidades y una evidente remuneración que probablemente no obtendrías en ningún trabajo. Lo que cada quien haga durante su tiempo en este mundo debería ser de su propio interés, o realmente no, pues de otra forma no existirían las biografías.
Una vida puede ser una comedia o una tragedia, nadie sabe qué cosas le esperan a cada humano de este planeta, pero sin lugar a dudas algunos son más populares que otros, ya que resaltan por uno u otro motivo. Actores, escritores, músicos, políticos, o royals, como es el caso del príncipe Andrés, hermano del actual rey Carlos III, alguien que desde hace años ha estado totalmente alejado de la familia real de Reino Unido y con buena razón.
El otro hijo de Isabel II ha pasado por escándalos de carácter internacional, como cuando se le acusó de estar relacionado con Jeffrey Epstein, acusaciones que no eran infundadas y tampoco mentiras. El lazo se confirmó y la carrera de 10 años que ejerció el príncipe Andrés como embajador comercial de Reino Unido se vio perjudicada.
El príncipe Andrés no puede tapar el sol con un dedo, pero la ley lo hace por él
Todo aquel relacionado con Jeffrey Epstein terminó recibiendo una enorme crítica negativa desde todas partes del mundo. En el caso del príncipe Andrés, concedió una polémica entrevista una vez se confirmó que sí estaba relacionado con Jeffrey Epstein, pero no sirvió para más que echar aún más leña al fuego y poner el último clavo sobre su vida pública y aceptación social.
Es aquí donde entra el biógrafo profesional Andrew Lownie, quien ya tiene algunas páginas escritas a sus espaldas y se interesó fuertemente en avanzar con la biografía del príncipe Andrés, un camino tormentoso desde el comienzo, y el cual ya ha llegado a un muro que no podrá superar, al menos de momento. A Andrew Lownie le interesaba indagar acerca del uso que dio el hermano de Carlos III a todos los fondos que manejó durante sus 10 años como embajador comercial, motivo por el cual ingresó una solicitud esperando se le pudiera proveer con dicha información.
La respuesta para el biógrafo fue negativa, sin la información hasta el 2065
Todo documento que esté relacionado con un miembro de la familia real tiene un plazo de 105 años posteriores al nacimiento de la persona en cuestión para que dichos documentos puedan ser consultados. Hasta entonces permanecerán estrictamente sellados, las únicas excepciones serían Carlos III, el príncipe Guillermo y el príncipe George, quienes no están en la responsabilidad de hacer públicos sus documentos.
Volviendo al príncipe Andrés, podríamos decir que al menos se irá tranquilo a la tumba, sus trapos sucios no verían la luz hasta que llegue el año 2065, sin embargo existe la posibilidad de que esta ley cambie en los próximos años, motivo suficiente para que el hermano del rey tampoco esté tranquilo del todo.